A propósito del encuentro
padres e hijos que se llevará a cabo el sábado 04 mayo del presente año, y en
el cual están cordialmente invitadas las familias de los estudiantes de grado
11, les compartimos el presente artículo, el cual pueden consultar también en la
revista DIDASKALIA 8 II semestre de 2013.
UN ENCUENTRO SIGNIFICATIVO CON IDENTIDAD
“ENCUENTRO PADRES E HIJOS COLEGIO
CLARETIANO BOGOTA”
El
presente artículo pretende dar a conocer el sentido de la experiencia “encuentro padres e hijos” de
grado once, enmarcado en un trasfondo social.
Se realiza un breve recorrido histórico del proyecto y se retoma el testimonio de una familia claretiana que ha
vivido el proceso.
Para la comunidad
claretiana ha sido importante propiciar espacios de reflexión donde
estudiantes, familias y orientadores conformen redes de formación en apoyo a la
construcción de sus proyectos de vida. El encuentro padres e hijos de grado
once articulado al proyecto de escuela de padres y orientadores, tiene como propósito
“fortalecer las relaciones intrafamiliares a través de la participación
activa de la comunidad, para propiciar la formación integral y la construcción
del proyecto de vida, inspirados en los principios y valores de la educación
Claretiana” (Benitez, Correa,
Mora, Ibarra, & Velasquez, 2013) .
El
contexto en el que se desarrolla este proyecto
tiene en cuenta lo planteado por Zygmunt Bauman (2004), sobre la modernidad
líquida y los desafíos que se presentan
en la actualidad, estos aspectos son los
fundamentos que soportan la justificación
y la pertinencia de la experiencia
del encuentro padres e hijos.
De lo sólido a lo líquido: del pasado al
presente.
No es
un secreto para los lectores de este artículo, el cambio cultural evidente que
se ha gestado y consolidado en los últimos tiempos; pequeños rasgos que se
veían confusos y lejanos hace un tiempo, marcan ahora las bases del cambio
cultural, que al ser abrupto frente a la continuidad histórica, hace entrar en
crisis las distintas instituciones, se destacarán los cambios en la familia, ya
que ésta es el núcleo primordial de la sociedad.
Bauman (2004) llama al conjunto de los fenómenos que vemos
en la actualidad, cómo modernidad líquida[1],
la cual da cuenta de la dificultad del lazo social, que se torna transitorio y
ligero, no se tiene en cuenta la responsabilidad hacia el otro, y se elimina
todo arraigo, salvo a sí mismo, ya que es la única entidad estable frente a la
volatilidad del presente. “La modernidad líquida es un tiempo sin certezas,
dónde los hombres que lucharon durante la ilustración por poder obtener
libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres,
asumiendo los miedos y angustias
existenciales que esta libertad comporta; la cultura laboral de la flexibilidad
arruina la previsión del futuro” (Vasquez Rocca, 2008)
Esta
inestabilidad se hace evidente en la familia nuclear, en dónde la pareja puede
separase ante la primera dificultad, haciendo del amor una categoría flotante,
caracterizado por un total desarraigo afectivo. Bauman (2004) se refiere al miedo de establecer relaciones duraderas y a
la fragilidad de los lazos solidarios que parecen depender solamente de los
beneficios que generan (Vasquez Rocca, 2008) , haciendo que todo
se mida en términos comerciales de costo/beneficio. Como resultado de esta nueva
configuración familiar y social, ha ido en aumento la conformación de diversas
estructuras familiares (Mono parentales, extensas y alternas), que inculcan a sus miembros valores para la
supervivencia de esta época, como la flexibilidad, y fragmentación de intereses
y afectos, así como el sacrificio de todo arraigo que genere compromiso y
lealtad, ya que nada es fijo y todo es cambiante.
La escuela de padres y orientadores: Construcción
de sociedad
Ante
esta realidad, el Colegio Claretiano, mediante la escuela de padres y
orientadores, pretende hacer frente a esta ruptura cultural, rescatando los
valores que la modernidad líquida pretende dejar al margen. De esta manera se
trabaja para rescatar el núcleo familiar como el principal gestor de sociedad,
teniendo en cuenta que familias frágiles conllevan a la consolidación de una sociedad consumista que promueve el individualismo.
Es así,
como uno de los principales objetivos es favorecer en los padres el desarrollo de la conciencia de ser los
primeros educadores de sus hijos, propiciando cambios de actitud que permitan
condiciones y relaciones familiares más constructivas, inspirados en la
pastoral educativa; así como lograr una adecuada comunicación colegio-familia,
con el fin de ser coherentes frente a los valores que se forman en casa y que
se fortalecen en la institución en el proceso de socialización del estudiante y
la creación de comunidad.
Para lograr esto el departamento de psicología
apoyándose en diferentes instancias institucionales, construye estrategias y
metodologías dirigidas a todos los estudiantes y sus familias –de transición a
once- las cuales propenden siempre al aprendizaje comunitario y vivencial,
teniendo en cuenta el momento evolutivo, así como las realidades y necesidades
propias de la comunidad claretiana.
De este modo la escuela de padres y orientadores abarca la realización de dos encuentros al año
con los padres de familia de cada grupo de grado cero a decimo; para grado once
se realiza un último encuentro que
consolida un proceso encaminado a
fortalecer la relación de padres e hijos,
para aportar al proyecto de vida
del estudiante y su familia, arraigando los valores claretianos.
El momento de encuentro padres e hijos como modalidad
de convivencia fue impulsado por los padres GUILLERMO JIMENEZ CMF y ALBERTO
RODRIGUEZ C.M.F. en el año 1992; con la participación de los equipos de psicología, pastoral, docentes de grado once,
docentes de diferentes áreas pertenecientes al proyecto de escuela de padres y orientadores, además de algunos padres de familia que multiplicaban la
experiencia.
Actualmente
esta experiencia es de carácter institucional y se ha ampliado su
participación a las diferentes áreas fortaleciendo aun más sus propósitos,
convirtiéndose en parte esencial y distintiva del colegio claretiano.
Del papel a la
vivencia: el testimonio de una familia claretiana[2]
“En los
primeros albores de ese 20 de abril, el frio bogotano se tornaba amable, el
tráfico de la gran urbe aún estaba fluyendo normalmente y una cara joven nos
miraba expectante, sonriente, con su habitual alegría… solo que esta vez ya no
era el niño que teníamos que llevar de la mano al preescolar claretiano, era
nuestro hijo menor que ya con su nueva voz nos invitaba a compartir esta
experiencia.
Una mañana
y un día inolvidables: era la oportunidad para verificar la huella que el PEIC
ha dejado en el ser de nuestros hijos (ambos han sido educados en el colegio
Claretiano desde el Preescolar) y en el interior de nuestra familia.
[…] Es la segunda vez que como padres
tenemos el placer de regocijarnos en los frutos de nuestro esfuerzo amoroso
desde el plano familiar y en la ayuda pedagógica, evangelizadora y
socializadora de nuestro amado colegio Claretiano: el ingreso de nuestro
segundo hijo a la sociedad “… con la capacidad para recrear la vida, promoverla
y defenderla”.
Por
nuestra mente pasaban veloces los recuerdos de ese primer día de clase en el
preescolar del colegio Claretiano y se mezclaban en una especie de magia porque
estábamos viendo por doquier a unos jóvenes llenos de alegría, esperanzas e
ilusiones… como los vimos hace 11 años: alegres, dispuestos al juego, a la
pintura dactilar, a corear las rondas, (No se nos olvidará jamás esa de “Don
Pirolo”). Claro que esa lejana mañana se adornó con delantales vistosos,
loncheras repletas de viandas, orientadoras amorosas que recibían cálidamente a nuestro hijo y a sus
compañeros, muchos de ellos nos han saludado amablemente hoy, con una voz cuyo
tono es distinto pero su motivación es cautivadora: sale de lo más tierno de
sus corazones y expresa toda la amistad y solidaridad que han logrado
consolidar.
Toda esa
juventud y sus familias estuvimos como en una danza, en un carrusel, que gracias a su experta
planificación, nos posibilitaron la reflexión sobre temas profundos y
trascendentes en la vida de nuestros hijos, participamos de talleres que en medio de la lúdica aportaron a
toda una vida escolar dedicada, entre otras cosas a desarrollar y potenciar
esas ocho dimensiones, ( Ética, Espiritual, Cognitiva Social, Afectiva,
Comunicativa, Estética, Corporal y Política)
de la formación integral que propone
el Colegio Claretiano. Allí, medio en broma pero muy en serio, tanto padres
como hijos tuvimos oportunidad para la autocrítica, el perdón y el
afianzamiento de proyectos para desarrollar en la vida…. ¡Buen balance para el colegio!
porque se pudo apreciar que la inmensa mayoría de sus estudiantes se proyectan
como profesionales para ponerse al servicio de su comunidad, para hacer
realidad los postulados de San Antonio María Claret y premiar de esta manera
todos nuestros esfuerzos.
Como cierre de ese carrusel de esperanzas,
surge una actividad que es difícil describir por el simbolismo que representa:
la entrega del cofre de los recuerdos más representativos de nuestro hijo. […]
No alcanzan las palabras y las pocas que hay se confunden como se confundieron
las de nuestros hijos al abrir el cofre y ver de un solo golpe sus patines de
lana tejidos por la abuela, el ajuar de bautismo, sus primeras medias, el
juguete más preciado, el álbum de fotos que iniciaba con la del primer baño,
(para casi todos prohibida de subir a las redes sociales), la hoja con su
primer dibujo de su papá y su mamá, el registro de sus primeras letras en el
cuaderno de tareas …
Allí en
Villa Sallent, como confirmación de nuestra fe católica
también se tuvo la oportunidad de celebrar la eucaristía, agradecer al Dios de
la vida por premiarnos con nuestros hijos, con su colegio, sus orientadores,
directivos y administrativos.
Al final
de la tarde, en un desfile multicolor, apreciamos una muestra de las dimensiones
forjadas en el colegio Claretiano. Se turnaron el teatro y la danza y lo que
vimos años atrás en izadas de bandera o en eventos inaugurales de su vida
escolar, se transformó en un derroche de baile y escenas teatrales que nos
comunicaron no solo nuestra riqueza cultural sino
la creatividad y el talante artístico de nuestros hijos. Ahora estamos
seguros que se nos creció el amor.
De regreso al colegio, cada uno de los
buses traía todo un cargamento de felicidad y agradecimiento, de tranquilidad
por el avance formativo pero de ansiedad por el inmediato futuro. Al bajarnos,
nuevamente nos recibió el colegio, ese mismo que nos ayuda en la compleja tarea
de educar, el mismo que nos ha demostrado que “… no se matricula un estudiante,
se matricula una familia”.
El envío: Esperanza de un mundo mejor
Desde
esta experiencia se recoge la formación holística como producto de los
esfuerzos de la comunidad de aprendizaje, al ser símbolo
de envió de estudiantes y familias con la conciencia y sensibilidad para reconocer
sus contextos y realidades, permitiéndoles ser personas que propongan
alternativas innovadoras para transformar positivamente las relaciones y su entorno.
Considerando
la construcción del proyecto de vida personal y de familia, este encuentro es
un momento importante de reflexión para continuar con otra etapa de sus vidas,
donde se plasman metas, sueños y propósitos en búsqueda del pleno desarrollo de
la calidad humana.
Es un
reto constante para la institución vincular a la familia en el acompañamiento asertivo, desde los talleres y conferencias; con la
intensión de construir estrategias que aporten de manera significativa a la
formación integral, promoviendo la consolidación de familias con apegos afectivos, fraternas,
solidarias, enmarcadas en valores de
justicia, respeto , equidad, lealtad y honestidad.
Finalmente,
la comunidad evidencia una
responsabilidad social con todos los miembros de la misma para que estos
encuentros trasciendan en sus vidas, con
el principio fundamental de
favorecer pensamientos, actitudes,
valores, comportamientos y relaciones
coherentes con la defensa de la vida y
la dignidad humana.
DEPARTAMENTO
DE PSICOLOGÍA JORNADA MAÑANA
BIBLIOGRAFÍA
Bauman,
Z. (2004). Modernidad líquida. En Z. Bauman, Modernidad líquida. México:
Fondo de Cultura Económica.
Benitez, N., Correa, V., Mora, N., Ibarra, M., &
Velasquez, R. (2013). Proyecto de psicología. Colegio Claretiano. Bogotá D.C.
Colegio Claretiano de Bosa. (2013). Proyecto Educativo
Institucional Claretiano PEIC. Bogotá D.C.
Rodriguez Rozo, J. A., & Maldonado Suarez, A. M. (2012). Carta
al Colegio Claretiano. Experiencia encuentro padres e hijos grado once.
Bogotá.
Vasquez Rocca, A. (2008). Zygmunt Bauman: Modernidad líquida
y fragilidad humana. Nómadas. Revista crítica de ciancias sociales y
jurídicas .
[1] “Los sólidos conservan
su forma y persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son
informes y se transforman constantemente: fluyen. Cómo la desregulación, la
flexibilización o la liberalización de los mercados” (Bauman, 2004)